como Madrid
pero no vino
cambió la llave
cambió la palabra
la sandía y las tetas
por un vestido de melancolía
como si una ciruela verde fuese
inconmovible en la rama
Le esperó en una ciudad
como Madrid
ojos de pez
escamas de plomo
esqueletos azules
de silencios
sin palabras asustadas
era la voz antigua
una cautiva flexibilidad.
pero no vino
cambió la llave
cambió la palabra
la sandía y las tetas
por un vestido de melancolía
como si una ciruela verde fuese
inconmovible en la rama
Le esperó en una ciudad
como Madrid
ojos de pez
escamas de plomo
esqueletos azules
de silencios
sin palabras asustadas
era la voz antigua
una cautiva flexibilidad.
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