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dissabte, 21 d’abril del 2007

Reflejos


Llegaría tarde al trabajo! Se apresuró a ponerse el jersey rojo de cuello cisne y quiso comprobar cómo le sentaba el pantalón negro. Había perdido un par de quilos y se sentía más guapa que nunca. Fue a la alcoba y se acercó al espejo. Se miró en él y a pesar de ir vestida con el jersey rojo de cuello cisne y el pantalón negro, su reflejo todavía llevaba puesto el pijama. Se asustó al verse con el pelo revuelto, los ojos llenos de legañas y las arrugas de la almohada dibujadas en el rostro. Realmente tenía muy mala cara! Y por si fuera poco, le había salido un grano monumental en medio de la frente. Así que con una rápida mirada al reloj se dispuso a utilizar todos los productos flash que tenía en el armario del lavabo: una pizca de crema y se disimula el grano. Unos toques y las ojeras eran cosa del pasado. Gomina, y el pelo queda perfectamente domado. Su aspecto había mejorado totalmente. Miró de nuevo el reloj. Otra vez llegaba tarde al trabajo! Suerte que el día anterior había preparado la ropa que ponerse. El jersey rojo de cuello cisne y el pantalón negro. Se calzó rápidamente los zapatos, se anudó la gabardina y cogió al vuelo el bolso. Buscó las llaves por la cómoda, la mesita de la entrada y recordó en el último momento haberlas dejado en la alcoba. Entró, tomó las llaves y al salir de la habitación vio su reflejo en el espejo: no sólo llevaba el pijama puesto, sino que estaba sentada en el alfeizar de la ventana, mirando despistada la calle y sorbiendo el zumo de naranja. Acercó a sus ojos la esfera del reloj y vio que de nuevo, irremediablemente, llegaba tarde. La Sra. Almada, la encargada, ya le había dado tres avisos. Cuando llegó a la oficina, la esperaba al lado de la puerta acristalada, con los brazos cruzados y dando golpecitos con el pie. Estaba metida en un gran lío! Por una parte estaba el tema del vestuario, que la encargada toleraba por que en otras épocas fue hippie. Pero lo que no toleraba era su falta de higiene: la cara sin lavar, el pelo enmarañado, las legañas colgando de sus pestañas y en su frente, lleno de pus, un enorme grano a punto de reventar.

- Cómo se te ocurre venir otra vez en pijama?

Eva Jané
(La foto és d'un quadre de Picasso que es diu "Una señorita ante un espejo")