¡Tan pronto pasa todo cuanto pasa!
¡Muere tan joven ante los dioses cuanto
muere! ¡Todo es tan poco!
Nada se sabe, todo se imagina.
Rodéate de rosas, ama, bebe
y calla. Lo demás es nada.
¡Tan pronto pasa todo cuanto pasa!
¡Muere tan joven ante los dioses cuanto
muere! ¡Todo es tan poco!
Nada se sabe, todo se imagina.
Rodéate de rosas, ama, bebe
y calla. Lo demás es nada.

La flor fa la revisió entre les peces de l’engranatge i els tubs. Observa cada pistó, cadascun dels interruptors. La flor llisca pels cables de plàstic i es gronxa fins arribar a la zona central. La flor tremola, fa fred. En aquesta zona no hi entra el sol i l'aire no es renova. La flor salta d'una plataforma a l'altra inspeccionant les juntes. Qualsevol fuga pot ser fatal per la màquina. De tant en tant poleix alguna rebava o hi posa oli en algun cargol. La flor és l'encarregada del funcionament de l'arbre. La flor de gran voldria ser arbre, una màquina perfecte, perquè la flor ha patit molts accidents i li manquen alguns pètals. La flor s'ha convertit en una exiliada del bosc. Per les nits quan la flor escolta la remor de l’exterior, té por. La flor s’espanta amb els sorolls salvatges dels bosc, sons que ressonen a l'interior de l’arbre. La flor es mareja, es sent blanca i es mira en els budells de l’arbre que són metàl·lics, de parets rugoses, nuats, freds. La flor engega el generador de sàvia i connecta el motor hidràulic de la clorofil·la a la màxima potència. La flor engega el comptador i el rellotge inicia el conta - enrere. Una escalfor s’escampa per l’interior de l’arbre, poc a poc, fins que cada un dels pètals que li queden a la flor es tenyeix de verd.
"Le ha arrancado el vestido, lo tira, le ha arrancado el slip de algodón blanco y la lleva hasta la cama así desnuda. Y entonces se vuelve del otro lado de la cama y llora. Y lenta, paciente, ella lo atrae hacia sí y empieza a desnudarlo. Lo hace con los ojos cerrados, lentamente. El intenta moverse para ayudarla. Ella pide que no se mueva. Déjame. Le dice que quiere hacerlo ella. Lo hace. Le desnuda. Cuando se lo pide, el hombre desplaza su cuerpo en la cama, pero apenas, levemente, como para no despertarla.
"El mundo se divide en todo y nada. Ahora es nada. Arbitrariedad del destino, que no existe porque, en última instancia, el destino no es más que lo que a una se le mete entre ceja y ceja. Frunces el ceño y el destino cambia. El resorte está en una. Todo es cuestión de saltar a tiempo, como los paracaidistas. ¡Ahora, ahora! O nunca. O tarde. En la vida es así, las oportunidades no se presentan dos veces, porque tienen su orgullo, y si las dejas pasar ya no vuelven. Un rechazo es suficiente."